George Grosz
Los dibujos que Grosz ideó como denuncia de su época, el movimiento de la historia —por decirlo con palabras grandilocuentes— parecía haberlos convertido en arqueología. O cuando menos en piezas de una didáctica que a veces sonrojaba por su simplicidad. Su trazo los convierte en entrañables, como un viejo candil. Poco más. Con esta idea me he plantado frente a la brutalidad de un dibujo y de repente han desaparecido su don arqueológico y su discurso histórico. De pronto la historia, su movimiento, ha convertido a Grosz en un visionario. Quien retrata el futuro al que quieren conducirnos. Que añoran.