domingo, 5 de octubre de 2025

Cuarto libro de odas (2)



No es cierto que nadie aquí me pregunte por qué he venido. La diferencia es que ahora sí respondo. Le describo al retorcido tronco del viejo olivo la columna salomónica de mi devenir. Y me entiende. Y cuando se acerca al vallado el aburrido caballo de pelaje oscuro le brindo en la palma de la mano el terrón de azúcar de mis viajes. Me mira con ojos de comprensión y golpea el suelo con la pezuña delantera. Bandadas de estorninos se llevan a diario mis contestaciones y las pasean por los campos que rodean la aldea. Contemplándolos, mis vecinos asienten.

miércoles, 1 de octubre de 2025

Cuarto libro de odas (1)



Que nadie llame a mi puerta carece de importancia y tampoco impide que durante el día continúe pendiente de quien pueda venir a visitarme. Sé que el lugar queda en un barrio apartado. El metro deja lejos. Pero tengo un limonero en el patio, y algunas macetas con hortensias y azaleas. Es una casa antigua, sin escaleras, y en todas las habitaciones hay una ventana por la que me asomo por ver si quien aquí se dirige se ha perdido con las señas y me busca en la calle de atrás. Nada me gustaría más que salir a su encuentro.