otra vida igual
sin cambiar ni una letra
de tu nombre
I.B.
Me gustan los charcos y a veces pienso que no todo el mundo los entiende, pero leyendo los versos de Isabel Bono con charco me doy cuenta de lo contrario, ¡lo que me queda por aprender de los charcos! Se diría incluso que en la página sus poemas son solo lo que aparece reflejado de ellos mismos en un charco de lluvia. Sobre todo aquellos que parecen escritos con tinta simpática y solo permiten que se lean los raros versos donde la pluma ha fallado y al apretarla ha dejado una incisión —un arañazo— legible en el papel al trasluz.