martes, 31 de marzo de 2015

F.C. (In memoriam)


Dibujaba perfiles sesgados con narices siempre aguileñas, se esmeraba en los ojos, en las pestañas. Dibujos que ocupaban el margen de un periódico, el reverso de una factura. A veces aprovechaba el mismo espacio para copiar largas sumas con números de tipografía gótica que a mí me parecían columnas. Descubrió la acuarela con el tiempo. Empezó pintando paisajes con casa. Una serie. Luego animales, otra. Flores exóticas. Y durante los últimos años retratos. Le guardaba las revistas que regalan los periódicos. Su inmensa colección de semblantes me mira hoy desde la pared donde los colgaba. En todos veo su rostro.

domingo, 29 de marzo de 2015

El ensimismado


Cada uno de los ciento cuarenta y cuatro pasajeros pasó a un metro del copiloto. Durante el embarque la puerta de cabina permanece entornada, o abierta; entran y salen técnicos del aeropuerto. Algunos viajeros echan un vistazo. Suelo hacerlo. Miro la cara de los pilotos, casi siempre sonríen. El copiloto no debió de ver a nadie, ensimismado como andaba. Detrás de él, tampoco a su lado, no supo mirar a nadie. Solo su tragedia importaba: el globo desinflado de la ambición. A quienes no estábamos dentro del avión nos queda una duda: ¿el ensimismamiento fue cosa personal o es sociológico?

sábado, 28 de marzo de 2015

Cuaderno de tapas rojinegras \ 34


El ramillete de violetas silvestres con el que se regresa de un paseo revitaliza el recibidor. Una rosa en un jarrón de vidrio tan delgado como su tallo señorea encima de la mesa. Un haz de tulipanes en una jarra de barro antigua hace amistad con los libros en el estante. Una maceta con una orquídea solitaria controla la calidad de la luz que la ventana cuela. En su alféizar un parterre de claveles se mira con gusto en el reflejo del cristal. La tarde entre flores acentúa los valores del presente. La exaltación de los colores desbanca el tiempo.

viernes, 27 de marzo de 2015

Fugas inversas (al «Arte de la fuga» de Vicente Valero y a modo de homenaje)


La del pastor de Ribatejo. Filósofo. Analfabeto. Soñó un día con la existencia de quien le escribiera sus pensamientos. Prefirió un poeta. Que hubiera viajado, pero no un viajero. Lisboeta, culto. Que hablara lenguas tan extranjeras como las que él comprendía al oír la naturaleza. La del ebanista de Tubinga que soñaba con alojar en el cuarto que daba al río a un poeta que al cantar la majestuosidad de los bosques le perdonara que convirtiera sus árboles en muebles. Aunque ese poeta fuera un loco. La de la amada que sueña con versos verdaderos escritos por un carmelita. Descalzo.

miércoles, 25 de marzo de 2015

«hay un rastro», de Elías Moro


El tránsito de la escritura de Elías Moro por la memoria de la guerra, desde los presagios que trae la nieve hasta la lluvia sobre los yertos rostros, apela al sentido de la derrota en tiempos de victorias triviales. La poesía de hay un rastro levanta la losa donde descansa lo que nadie debe olvidar. Lo que despierta el sentido de la tragedia, que posiblemente sea la mayor pérdida provocada por el ictus generalizado que sufre el presente. Este es un libro que no ha perdido la esperanza de mostrar a los lectores la vigencia del sentido de lo trágico.

martes, 24 de marzo de 2015

«Alfabeto», de Inger Christensen (1935-2009)


Podría haber sido un naranjo. Sendero de un jardín con tres naranjos. También la cabeza erudita de una vaca. Pero Inger Christensen elige para empezar a dibujar lo real la A del árbol de los albaricoques. La visión nunca avanza en línea recta. Cada letra emerge con la misma dimensión de todas las letras anteriores juntas. Una manera de evocar con versos la trama insondable. Todas las letras, hasta 14. El soneto que contiene todos los sonetos. No escribe «el soneto existe», lo escribe. Los lazos que entrecruzan la belleza y la destrucción. Una playa donde el mar practica caligrafía.

domingo, 22 de marzo de 2015

Cuaderno de tapas rojinegras \ 33


Los días nacen de sí mismos. No los arrastra el tiempo ni se engarzan en un tren mercancías que cruza el paisaje sin que alcance a distinguirse un vagón de otro. Cada día crea su propia identidad, su carácter único. Y así se ha de vivir, sin otros días antes y sin que importe que vengan otros días después. Sin pensar en ellos, porque aún no existen. Están por crear. Vive solo el día de hoy, el que se concibe desde el amanecer con palabras y con deseos. Solo las horas que se crean con la voluntad de ser transitadas.

sábado, 14 de marzo de 2015

Habla Zurita

Raúl Zurita. Barcelona, 13 de marzo de 2015

Habla Zurita hacia adentro. Como si recordara lo que va a decir en lugar de decirlo. Y dice: «Un idioma es la única posibilidad de resurrección. Los vivos interpretamos al hablar una partitura escrita por los muertos». Cavila Zurita con sus silencios. Y si la meditación no le alcanza para concluir una frase, se queda a medias aguardando. Y piensa: «Hablar es dejar hablar». Recita Zurita hacia afuera. Con voz que emerge donde no estaba. Con voces que se cruzan fugaces disputándose la palabra «yo». Y deja dicho: «La poesía es la posibilidad de lo que no tiene ninguna posibilidad».

jueves, 12 de marzo de 2015

Becqueriana / 64


La lluvia aprendió música en la calle. De un palo que golpea un tronco. De una teja desprendida que abolla el coche de un concejal. De una piedra que impacta con el cristal de la ventana. Sus sonidos son severos, rotundos. Nacen del abandono y de la injusticia. Maullidos en el fondo del callejón. Ulular en los corredores del edificio en ruinas. Graznar de aves famélicas. La lluvia no tuvo otro maestro que la intemperie ni otra compañía que el desprecio. De ahí su ira. Entramos en casa chorreando, sin paraguas, las ropas empapadas, el deseo a flor de piel.

lunes, 9 de marzo de 2015

Becqueriana / 63


A donde uno se dirija o de donde venga, sabe que existe alguien que está a la espera. Y lo está también quien va o regresa. La espera es víspera de celebración. Es presentimiento. Es vecindad de la plenitud. No es ausencia, ni incertidumbre, ni insatisfacción. La espera es, solo, predisposición para el encuentro. Saber que no hay tarea que no quede interrumpida cuando se produzca, ser consciente de que el tiempo solo existe de manera provisional hasta el momento. Que luego todo ha de empezar siempre desde el principio. Esta convicción es la espera. El gozo del gozo prometido.

sábado, 7 de marzo de 2015

El pabellón dorado [9]


Caminar es conocer. No cuando los pasos reboten contra las losas, tintineen, se agoten. Al encontrarse, se pierdan. Entonces la marcha desatiende, nada hay más opaco que la lisura de una calzada. Más ignorante. El bastón no descubre. Raya. Descorazona lo nimio que resulta lo fácil. Ensalzar lo fácil. La canción de los guijarros entrega la humildad de sus notas a quien la escucha. Los susurros de la arena, el chasquido de la pizarra. La condición nómada que los movimientos le devuelven al alma mineral. Caminar es ver con los pies. Sentir en las plantas lo agreste y lo cándido.

jueves, 5 de marzo de 2015

El pabellón dorado [8]


Que no puedas verlas.
¿Las manzanas?
Las manzanas en el cuadro. Las ha dibujado tu hermano.
Veo las manzanas. Las toco, las huelo, me gustan.
¿Pero en el cuadro?
También las veo. ¿Dan ganas de tocarlas, de olerlas, de morderlas?
Claro.
¿Ves como las veo?
A veces pienso que ves mejor que nosotros.
Mejor no, como vosotros.
Pero que no puedas ver las que ha dibujado tu hermano.
¿Tienen algo especial?
Son manzanas. Pero están tan bien hechas. Tan reales.
Es lo que imagino. Tendrás que colgar más alto el cuadro.
¿Más alto?
Claro. Igual las confundo y muerdo una.

martes, 3 de marzo de 2015

El pabellón dorado [7]


La palabra luz es la más difícil de comprender si aparece entre las voces que se refieren a algo. Su sonido escueto y vertiginoso cuando se pronuncia ilumina como un súbito destello, pero continúa dejando fuera de la claridad lo que en apariencia vuelve visible. Una epifanía. O mejor, el sueño de un resplandor capaz de moldear el amorfo fluir de la tiniebla. La palabra luz emerge entonces, dicha, para dar corporeidad a lo que no se puede ver. Y es en ese no verse de donde extrae los signos adversos a la razón. Los signos afines a la música.

domingo, 1 de marzo de 2015

El estante (cronológico) de los discos


Carol King, Creedence Clearwater Revival, Lou Reed, Grateful Dead, Neil Young, Focus, Traffic, Kevin Coyne, Frank Zappa, King Crimson, Tom Waits, Leonard Cohen, Paolo Conte, Thelonious Monk, Gonzalo Rubalcaba, Wynton Marsalis, João Gilberto, Chico Buarque, Maria Bethânia, María Dolores Pradera, Chavela Vargas, Cesária Évora, Rodrigo Leão, Bola de Nieve, Amancio Prada, El Camarón de la Isla, Wim Mertens, Philip Glass, Ludovico Einaudi, Johannes Ciconia, Leoš Janáček, Claude Debussy, Erik Satie, Federic Mompou, John Cage, Charles Ives, Morton Feldman, Luigi Nono, Luciano Berio, Elliott Carter, Virgil Thomson, Steve Reich, György Kurtág, Jorge Grundman, Lhasa de Sela, Lula Pena, Silvia Pérez Cruz.