Hay un instante en el que la calma desciende sobre los cuerpos para abrigarlos y bajo su manto, mientras el sudor se funde con el sueño y las respiraciones se acompasan con el balanceo de dos actores camino del fundido final de la película, la noche susurra sonidos que parecen un bordado en la sábana del silencio. El sapo que croa en el estanque próximo. Una lechuza ulula en la nada. El ladrido enigmático de un perro. Son quizá palabras pronunciadas durante el día en un lugar lejano que llegan con atraso a los oídos, y cuyo significado desvela incógnitas.