martes, 23 de noviembre de 2021

Cuentos del hada jubilada (quincuagésimo)


La luz sombrea a lápiz, solo por uno de sus costados, la forma de la casa, del limonero, de las plantas, del gato cuando aparece y la figura de mi cuerpo de la que nace el extenso hilo de la manguera. Tiene un excelente trazo para sombrear también las salpicaduras del agua que saltan sobre el jardín que refresco. En verano, curiosamente, esta habilidad de oscurecer es la que más aprecio. La que incluso persigo entre el brillo y desnudez de los colores que extienden su ceguera. Refugiado en lo sombrío, con un vaso de agua fresca, celebro el calor.