Los domingos usan gafas de entomólogo y caminan atentos únicamente a los detalles del universo. Tampoco les preocupan las nubes, las simas geológicas y menos aún los llamados seres humanos. Solo existen para los domingos especies de escarabajos, colores de mariposas y belleza en las mariquitas. Llevan trajes pasados de moda y calzado con surcos tallados por el tiempo. Comprometen su reino por descubrir un coleóptero desconocido cruzando cualquier campo en barbecho y tras capturarlo lo sueñan sujeto por una aguja al fondo de una caja de insectos, que es un lugar de aire quieto, luz tenue y contraventanas cerradas.