miércoles, 12 de julio de 2017
Coro de ausentes | HISTORIA
Un ruiseñor que canta entre los árboles,
así la poesía
un tiempo. Antes fue un cuerno
entre almenas dorado.
Después, la delicada ave
en prados de sosiego.
Lugar que el ruido y lodo han anegado.
Soldados con las mantas en la hierba
dormían el cansancio
y soñaban la púrpura.
Campo que no es ya campo,
convertido en recinto.
Frutales que los vientos no aireaban.
Añoranza de aquella dulce ave,
aunque sonaran las bandurrias.
O no sonara nada dentro.
Ni siquiera la nada.
Regresan los vencejos
una vez cada año.
En el cielo aún sostengo inmóvil
el verso que no escribo.