martes, 15 de septiembre de 2015

Falden engel, 8


Allí donde los ciervos han pasado la noche se ve la maleza hundida por el peso de los cuerpos. Es el vestigio que deja su movimiento. En el refugio donde he pasado la noche recojo la colchoneta, el saco de dormir y los restos de la cena, que amontono en una bolsa que voy a tirar en el primer pueblo por el que atraviese. Procuro así que cuando llegue el próximo caminante no sepa nada de mi tránsito por el lugar. Y nada sabrá hasta que pase por este claro de bosque y descubra las hierbas aplastadas. Recuerdo que compartiremos.