—Hoy atraviesas un puente.
—¿Por debajo o por encima?
—Aquí el único que lo cruza por debajo soy yo, no trates de confundirme.
—Has empezado tú.
—Claro, no es mi aniversario. Vivo cruzando puentes constantemente. Pero este es solo para ti.
—No me lo recuerdes.
—Vaya, ¿y a dónde dices que va el camino al otro lado?
—Al mismo sitio que tú. Al mar.
—Te gustan las metáforas, ¿eh?
—Esta es antigua.
—¿Y qué? ¿Qué piensas? ¿Último puente?
—Cuando se seque el cauce podré cruzarlo por debajo, como tú.
—No fantasees.
—Mientras tú fluyas, yo tranquilo, encima todo es puente.