Preparo una obra de teatro. Soy autora, directora, actriz, taquillera, acomodadora y público. El comedor es escenario y platea. Mi sola presencia solventa todos los papeles. Primero escribo la obra. Es un diálogo con dos protagonistas, una pareja. Luego dirijo el ensayo, y lo ensayo. Hago de mujer y hago de hombre. Me disfrazo para actuar. El personaje masculino viste de mujer y el femenino de varón. A un vecino le pido una corbata. Memorizo el texto. Decoro la sala para la actuación. Enciendo el televisor, sin sonido, para tener al público delante. Y tiemblo de nervios antes del estreno.