viernes, 25 de octubre de 2019

Candida, laula kanssamme


Ah, ser actriz. Para que mane desde el interior la hermosura que anhelas. Y desde fuera el aplauso de los párpados que no parpadean. Ser otra distinta a ti, lo que siempre has deseado, Cándida. Cambiarte el nombre. Y los zapatos cada semana. Un armario solo para los abrigos de entretiempo. Que te vista el pintor que vierte colores sobre la paleta. Ser célebre, vivir como artista. Aquel día que leíste un reportaje sobre la soledad de las actrices, su angustia ante el envejecimiento, el miedo al fracaso, etcétera, lanzaste un grito de alegría. Tenías todas las condiciones para serlo.