Entre las cepas, por las viñas, voces. Rumor de tijeras. Una bandada de estorninos convierte en pecosa la luz dorada de la tarde. Un tractor con remolque se acerca, a lo lejos. En el sendero, el otoño aguarda paciente con su equipaje de hojas, varas y sarmientos amontonados al pie. Las copas amarillentas de los árboles respiran con dificultad y se les cierran los ojos en el sofá del atardecer. El viento lo aprovecha para concertar citas secretas con sus hojas. Y quienes lo contemplan, caminan; conversación atenta a los silencios y mirada entregada a los diminutos descubrimientos. Sus clarividencias.