A veces llueve. Otras, el sol se tumba
sobre el llano. Baldeo con el cubo
que ha de limpiar las losas. Pasan nubes
para que existan nombres en el cielo:
cirros, estratos, cúmulos. Las flores
que impregnan con aromas los instantes.
Matas, breñas y árboles, arbustos.
Hay hormigas, hay ciervos y una águila.
Caminos de guijarros, un talud
con florecillas, puentes de metal
por donde pasan cóncavos los trenes.
Sopla el viento, a veces. Otras, vibra
la americana al son de la ventisca.
O nieva en las páginas del libro
donde despacio, lento, con cuidado,
camino por la blanca porosidad.