—Bueno, al fin.
—Al fin, qué.
—Ya se acaba.
—Pero si enseguida vuelve
a comenzar.
—Pero se habrá acabado.
—Si no da tiempo a
pensarlo. Y ya ha empezado.
—Será distinto.
—El número.
—Habrá algo diferente,
digo yo.
—El número.
—No solo.
—¿Qué?
—No sé. Algo.
—Qué va. Todo lo que
había continúa.
—¿Todo?
—Y, lo peor, todo lo que
faltaba seguirá faltando.
—¿Y entonces?
—Un espejismo.
—¿No acaba?
—Solo lo parece.
—Yo creía que al fin
había un final.
—Iluso.
—Yo creía que al inicio
había un principio.
—Botarate.
—Tampoco es eso.
—Ni lo contrario.
—A mí me parecía.