Escribir es una incisión. Aunque no pueda leerlos, me seducen los libros impresos en tipografía. Los antiguos. Cuando cada letra producía una hendidura en el papel. Una señal del paso de la escritura por su trama. Leerlos, creo, será como ir excavando con los ojos las palabras en la duna de la página. Así lo imagino. Los libros de ahora, sin embargo, no se distinguen en absoluto de las hojas en blanco de mis libretas. Idéntica lisura. A veces escribo sobre otras escrituras volátiles sin darme cuenta. Escribo, fijo una marca en la superficie del tiempo para que la transporte.