Esta hoja de papel donde escribo es, Leonor, una metáfora del universo. El sol que lleva tu nombre es palabra radiante y las palabras que le acompañan forman galaxias. Cuando te levantas, descalza, al amanecer sigo tus pasos en el susurro que su caricia deja sobre la piel de la madera. Las ventanas de la casa dan a hojas de papel en las que leemos cielo cuando miramos hacia lo alto y bosque si nos contemplamos, Guiomar, uno al otro con el mismo embeleso que si tuviéramos quince años y nos descubriéramos por primera vez. Como, de hecho, nos descubrimos.