martes, 11 de marzo de 2014

Becqueriana / 42


La noche es la lona que el vendedor del mercadillo extiende sobre los colores de sus mercancías cuando los compradores han desaparecido del recinto y solo sombras caminan por las callejas del barrio antiguo. Las cortinas tamizan la luz que escapa por las ventanas. Se expanden olores de alimentos al fuego. La retransmisión deportiva compone la banda sonora de la ciudad deshabitada, invadida por un viento crispado que recorre con cierta desesperación el laberinto en busca de una salida y halla una plaza mal iluminada con un surtidor cantarín en medio, donde los amantes recientes aprovechan para besarse con timidez.