Sin alguien que mire, ¿quién otorga realidad a la realidad? Lo preguntaba el obispo Berkeley, lo sugieren los físicos del presente, que ubican en el cerebro lo que los demás creemos que está ahí afuera. Sin alguien que esté mirando, ¿cómo saber que ocurre lo que está ocurriendo? Quizá la pregunta que esta pregunta sugiere sea otra: ¿Por qué el sujeto cada vez se siente más desvalido a la hora de certificar su experiencia por él mismo? Pero tampoco esta es la pregunta más curiosa: ¿Por qué necesita que quien esté mirando sea un ente múltiple, anónimo, una red social?