martes, 4 de enero de 2011

Emmaus

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Se detiene en el arcén de la carretera a Emaús. Los camiones lo zarandean al pasar. Su estruendo ensordece durante ese instante la voz saltarina del locutor en la radio. El motor crepita bajo sus pies. Apenas fugaces manchas de color, los coches atraviesan frente al cristal parabrisas en una y otra dirección. Es todo lo que siente. Las manos reposan, una en el volante y otra en el cambio de marchas, como si hubiera decidido ya arrancar. Pero sigue detenido en el arcén de la carretera a Emaús, con los intermitentes de emergencia encendidos, sin saber cómo continuar, resucitar.