jueves, 13 de enero de 2011

Ἐμμαούς

Para M., el poema del 13 de enero
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Cerca de Emaús se cruzó la caravana de una joven viuda que abandonaba la ciudad con el carro de un funcionario que regresaba a Jerusalén tras años en la remota provincia. Como sendos palafreneros se conocían, se detuvieron a saludarse. Dama y caballero sintieron una incómoda inquietud al cruzar sus miradas. Nada sabían uno del otro, y sin embargo sintieron que sus soledades quedaban al desnudo. Mientras los empleados seguían preguntándose por todos sus parientes, el varón inclinó la cabeza y la señora sonrió, gentil. No hubo más, nada que explicara el desasosiego que el encuentro despertaría siempre en ambos.