Na'at
Es verdad que no tenemos gran cosa, Orhan, aquí junto al río, entretenidos sólo con la pelea entre la niebla baja y las luces fugaces que cruzan el puente Boğaziçi. A veces me pregunto: ¿qué más quieres, Dilara? Nuestro es el chirrido de los tranvías, el canto de los vendedores de boza, el frío y la humedad de la noche. ¿Qué más quieres, Dilara? Nuestro el dialecto del cielo que no comprendemos y la acuarela de la ciudad que el gran charlatán dibuja en la pizarra de las aguas. ¿Qué más podemos desear, Orhan, cuando tu mano aprieta la mía?