Fernando Sanmartín (1959) es un escritor secreto. Creo que los mejores escritores actuales comparten condición con él: escriben y publican en la provincia, fuera de ella nadie (quiero decir: casi nadie) se da por enterado, en un gesto que tiñe de mediocridad y aun diría de otras cosas peores a la crítica, en general (quiero decir: casi todos) a sueldo no de la literatura sino de unas cuantas editoriales. Su libro, que acaba con un poema final espléndido sobre su ciudad, le de título no a esta época, desgraciadamente, sino a aquellos que la época oculta: Infiel a los disfraces.