lunes, 24 de junio de 2019

Ventanas de Dachau | Alambrada



Alguna especie de corporeidad poseen. La del pájaro extraviado que en vuelo rasante se araña el vientre y esparce diminutas gotas de sangre sobre las hojas que soy capaz de ver cuando sueño. Los rasguños en la cabeza del lince que persigue una presa y cree que puede atravesar el muro de aire que sujeta los espejismos del ensueño. El bulto de la comadreja que ha quedado atrapada en las espirales de espino y cuyo silencio se convierte en una oración nocturna. Alguna consistencia, materia o grosor han de tener para que no consigan tampoco los sueños traspasar la alambrada.