martes, 2 de febrero de 2016

Dietario de sensaciones, 7


La platea está inclinada hacia el escenario. El suelo, alfombrado. Las butacas son de terciopelo rojo. La altura de la sala es enorme y está flanqueada por cinco círculos. El frontal de los cinco pisos y los palcos brillan decorados con molduras doradas. También el arco del proscenio luce laberintos áureos que encierran tres ojos con pinturas contemporáneas. El telón, con ondulaciones carmesíes, aguarda el momento de ser alzado. Una gran lámpara cenital, en el centro de un artesonado de fantasía, ilumina. Cuando se apague, todo quedará en silencio y sonará orquesta. En el camerino, los cantantes calientan la voz.