jueves, 28 de enero de 2016

Becqueriana / 84


En el hogar el fuego, charlatán irredento, ensaya un monólogo hamletiano. Sus versos arropan aunque no se les haga demasiado caso. Hoy preservan también del frío la chaqueta de las caricias y la blusa de los besos. Dos cuerpos tumbados sobre la alfombra azul de lana navegan el mar del tiempo. Un trío de cámara, el que forman un piano en el tocadiscos, el chisporroteo en la chimenea y el violín de los suspiros, le pone melodía a la danza de las estrellas. El gozo viste los cuerpos, el deseo abriga los corazones. La noche ciega con recato las ventanas.