domingo, 11 de septiembre de 2011

LaA 6: La trama continúa

Dos hermanos. Pongamos que la traición, durante años un gesto inútil, por casualidad ha dinamitado los signos que, colocados por el hermano mayor, trazaban sus vidas. Todo aquello en lo que le habían hecho creer —su bienestar, el tocadiscos, la máquina de afeitar, sus privilegios e ideas del mundo— se lo ha llevado la nube de escombros que deja a su espalda. También al hermano, que acaso ya sólo piense en matarlo. Escapa y continúa huyendo cuando la distancia entre ambos parece insalvable. Sin símbolos antes ni delante, la huida se convierte en su única vida propia. Razón de ser.