jueves, 24 de febrero de 2011

Boulevard de Clichy

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Ayer Monique me preguntó por qué este bulevar en forma de cuerno quemado continuaba siendo tan feo. ¿Feo? Aterradoramente feo, dijo. Abrí los ojos que mantenía abiertos para contemplarlo. Me costó. Es un barrio que: empecé a hablar por ganar tiempo. Como cualquier otro, me cortó Monique, categórica. Por más que me esforzaba en mirarlo, no lograba ver más allá de un cigarrillo humeante entre mis dedos que ya no sabrían cómo sostenerlo. En la otra mano, la cartera escolar. La noche apremiaba, con su vestido de lentejuelas en la percha. Las mujeres, la vista clavada en otro mundo, evocándonoslo.