Al mismo tiempo erudito y crítico, Vicente Luis Mora ha aprendido en su maestro Montaigne a combinar ambos propósitos de diversas maneras. Primero, permite que el propio fluir de los datos eruditos conforme una visión crítica de lo que se trate, en este caso, la decadencia de la lectura. Segundo: desarrolla una escritura ensayística con estructura de balausta, es decir, compuesta por multitud de microensayos ensartados con precisión. Tercero, combina la visión contemporánea, en detalle, con el gran angular de la perspectiva histórica, para, en cuarto lugar, someter al lector a la montaña rusa de elevaciones optimistas y descensos apocalípticos.