Es posible que no exista otro libro en la historia de la poesía que haya ensanchado tanto el elenco temático de los versos, y no solo en todas las direcciones del saber, desde la biología hasta la historia, sino también en los repertorios simbólicos de la realidad menos poética, como demuestran las veinticinco metáforas que ilumina la palabra «testículos», que cierra la más sobrecogedora: «el arañazo de luz que llaman Caravaggio». No es la única sorpresa de Miguel Martínez, su humor salvaje y constante ironía rozan las mismas alturas que el contenido filosófico de sus reflexiones. Libro que despierta devoción.