viernes, 28 de octubre de 2022

Modelo /7



Nada queda en silencio cuando callan las puertas, los corredores, las ventanas, los enrejados. Nada permanece en quietud cuando se apagan las bombillas, los focos, las linternas, los días. Nada revierte en una nada, un utópico no oír, no ver, no alentar pesadillas. En el aire pesa el resuello de las respiraciones. Por el suelo se derrama el resplandor que cuela desde su altura el ventanuco. Se mantiene, un manantial que no conoce sequía, el caudal de movimiento más pernicioso, ese parloteo insolente y enloquecido del pensamiento. La noche se transforma en predicador que actúa al contrario de cuanto sermonea.