miércoles, 5 de mayo de 2021

Saul Leiter's hideout. Boy, 1960


De lo que se haya quedado ahí sentado, en la acera de una calle con tránsito incesante, envuelto en el papel de estraza de pensamientos cotidianos y temores ahora resueltos por la vida hace tiempo, no ha quedado ni siquiera la imagen que suscita esta inquietud. El resto, permanece. La valla que cerca el precario acceso a la luz del semisótano. El reflejo de las fachadas de los turismos que pasan al sol, otros modelos, pero idéntico cristal en el parabrisas. Las ondas que se abrazan a las antenas para llenar de vacíos la memoria. Solo lo superfluo resulta inmutable.