jueves, 31 de agosto de 2017

31 de agosto


Nunca he sentido nostalgia los domingos por la tarde ni cuando acaban las fiestas, aunque siempre tuve un leve pesar al final de agosto. Un recuerdo que me queda de niño. Tras pasar un mes entero lejos de la ciudad, en el campo, la familia emprendía la tarea de recogerlo todo e iniciar el gran viaje de regreso. Aquellos días aprendí algo sobre el ciego caminar del tiempo, al que nada le importa que uno esté bien o mal. Él, a lo suyo. Descubrí con melancolía que el tiempo no solo quita tiempo, sino, y sobre todo, nos arrebata lugares.