jueves, 8 de diciembre de 2016

«El bajísimo», de Christian Bobin


Bajo la maleza se mueve con estrépito de hojas un roedor huidizo cuando el cayado abandona el cuidado del mendicante y queda atrapado entre los matorrales tras un rumor de ramas. La sombra de la encina apacigua. Basta extender la mano para entretenerla con sus frutos. El camino que le ha traído hasta el lugar, lo alejará. Sin nombre, sin que alguien haya incrustado una piedra y luego otra, lo despreciará la memoria. Cuando se levante para continuar, el lugar volverá a ser de nadie. Y sin embargo, con qué suavidad lo tamiza la luz y lo airea la brisa.