viernes, 13 de noviembre de 2015

Encuentros en la tercera frase


—No habíamos coincidido antes aquí, ¿verdad?
—¡Ah! ¿Me lo dices a mí?
—Sí, a ti.
—¡Vaya! No te había visto.
—Claro, vas siempre tan alterada.
—¡Puaj! La vida que llevo.
—Tan encorsetada.
—¡Bah! Y todo para nada. Nadie me hace caso.
—No digas eso. Yo me preocupo por ti.
—¡Rayos! ¿Y tú quién eres?
—Me llamo Artículo Indefinido, aunque la gente me llama Un.
—¡Hola, Un! Es verdad que no solemos coincidir mucho.
—Bueno, como soy algo impreciso a veces ni se me ve.
—¡Quiá! No digas eso, te veo perfectamente detrás de esta exclamación.
—¿Por qué no la quitamos?