domingo, 28 de julio de 2013

Caligrafías / 6


No es fácil leer las líneas del destino en los violentos montones de libros que nadie quiere. Su enmarañada caligrafía confunde. Como signos de una civilización derrotada cuyos significados se han diluido en la sangre de los nuevos colonos, así opera la tipografía despreciada. En la sombra. Literalmente en la sombra, en aquella que proyecta quien busca sobre el amontonamiento y quien espera. A veces, casi todas, se yergue de la genuflexión con que ha revuelto en el caos y se va. Raramente ocurre el prodigio del encuentro. Ese estremecimiento que también siente el libro. Por él se deja apilar.