lunes, 15 de agosto de 2011

Mínima berlinesa. El brillo de los comercios oscuros

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Sólo queda muro en pedacitos dentro de las tiendas de recuerdos, pero Berlín sigue pensándose con una línea, aún más drástica, entre oeste y este. En el oeste el comercio anhela imponerse a la voluntad y a la experiencia del paseante, como en casi todas partes y en casi todos los órdenes de la sociedad. Por el este se camina por calles a medio hacer y sin que nada lo avise ni lo prevea, un pequeño escaparte con un delicadísimo vestido, un bolso o unos zapatos que se podrían enmarcar. Sin reclamo, sin más información que el poema en sí.