jueves, 2 de julio de 2009

A vueltas con la vida recién estrenada: incomprensiones de quien no ha merecido comprensión. (Tríptico)

Encuentro en El silencio de la tragedia, de Hertmans, la explicación de cuanto quise escribir en la novela: mostrar la imposibilidad del presente para concebir con sentido trágico sus tragedias. El pensamiento inflamado, enfático, en clave de burda comedia del personaje que encarnaba esta imposibilidad iba escrito en un lenguaje inflamado, enfático, tópico. ¿De otra manera debería haberlo hecho para contentar a mis reseñistas futuros? ¿O no se han dado cuenta ellos de que el libro está escrito en dos tonalidades? ¿Ha de escribir uno con previsión de las ideas preconcebidas y los prejuicios estéticos en los reseñistas al uso?