jueves, 25 de junio de 2009

Los tranvías

Estambul. Foto de Damiel
Para José Antonio Montano, que anduvo buscando a Ohelah por calles encharcadas
Desprecia los tranvías. Ohelah prefiere caminar durante horas por las calles de Estambul desde el supermercado donde trabaja. Soporta con paciencia los grupos de niños que le salen al paso para molestarla de algún modo, transige con los vendedores ambulantes que la asaltan en las aceras, procura no tropezar en el empedrado ni perderse por las callejas que toma para ir escribiendo con sus pasos, sobre un mapa imaginario, el nombre dulce del amado: AASHIQ. Tras rodear la plaza que dibuja la Q, se siente abandonada por la vida y espera a que el primer tranvía que pase la recoja.