martes, 20 de mayo de 2008

El caso de una imaginación derramada

Alberto Tugues ha hecho una revolución en el rito de presentar libros. Empezó como celebración de El espía del ramo marchito, un acto divertido e inolvidable. Allí, una de sus novias de alquiler nos detalló cómo se había rasurado la vulva para asistir al evento mientras las manos jugueteaban impúdicas bajo la mesa. Fue una experiencia insuperable. Pero hoy, al presentar El caso de una sangre derramada, ha conseguido ir más allá, donde nadie osa llegar. Ahí delante estaban, en carne y hueso, sus personajes, retándose a antiguas cartas de amor, interpretando con lágrimas reales la partitura de su prosa.