lunes, 15 de mayo de 2023

Biblioteca de huecos | 11



Cuando llego antes de hora a la sala de clases, a veces me atrevo a subir a la tarima y me acerco al atril de pie para contemplar las sillas donde nos sentamos a escuchar. Lo que ahora es nadie, poco a poco se irá llenando con identidades diluidas y gestos desdibujados entre los que el profesor distinguirá una u otra cara conocida. Solo quien mira al conjunto tiene la palabra. Y el día en el que destacó algunos trabajos quedé sin nombrar. Y al salir, si alguien me lo hubiera preguntado, no acertaría a decir cuál era mi apellido.