sábado, 5 de diciembre de 2020

La siesta de un fauno | Bonheur



Quien regente la mirada aún no atiende al relato de mi flauta, que como niebla permanece enmarañada con los espinos y los cactus del yermo. Incapaz de remontar la métrica con la que justifico los sonidos. Un desandar lo percibido que se confunde con el haberlo vivido. La duda entre si me arranco la flauta de las manos o las manos de la flauta. Urdimbre de cabellos desprendidos durante el sueño que la trama de dedos que la reúne convierte en símbolo. Una barca que afronta el oleaje con indiferencia hacia las tareas del pescador o a su súbito ahogamiento.