lunes, 28 de septiembre de 2020

Egon Schiele | Autorretratos del encierro |14| «Veinticuatro días, o quinientas setenta y seis horas. ¡Una eternidad!» | 8 de mayo de 1912



Las astillas que desprende el cepillo del ebanista y se revuelven con el polvo y con las briznas de paja que el aire trae de la parva no pertenecen al tiempo, son desperdicio. El tiempo es la madera que sierra y labra hasta montar una mesa, el torneado de las patas, la taracea del tablero. La escoba arrastra mis días entre estas paredes hasta la boca ciega del sumidero. Las esquirlas de las piezas rotas, los grumos de los barnices secos, las trizas del lijado: la vida arrancada de mi vida. Ha dejado de ser duración el tiempo del encierro.