lunes, 22 de junio de 2020

Cuentos del hada jubilada (sexto)



En un banco de estación descansa la tarde nubosa. Gesto de despedida. La mujer que se ha sentado a su lado lleva un ramillete en las manos. Flores menudas, silvestres, de las que nacen en los taludes. Cuando se cruzan las miradas, la mujer sonríe. La tarde nubosa no sabe cómo corresponderle. El rostro adusto, la luz metálica, el relente en las ropas, pero agradece la sonrisa. Le deja junto al ramo una hora. «Luego llegará el expreso nocturno». «Pero aún falta una hora», grita la mujer mientras recorre el andén a toda prisa por vivirla con quien la espera.