domingo, 12 de diciembre de 2010

Nubes, 4

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¿Cuándo aprendí a mirar las nubes? No es una pregunta trivial. Observo la dimensión de las manchas en el cielo y siento que las entiendo. Que sé lo que me están contando. Que comparto el desgarro del que hablan. No fue en el cielo donde aprendí a leerlas, sino en la pintura. Las formas y los trazos de los pintores abstractos que admiraba en mi juventud como la voz de mi época —¿dónde sonará la voz de esta época?— fueron los que me enseñaron a mirar las nubes. Las contemplo y emergen en mi memoria los cuadros que he comprendido.