domingo, 4 de octubre de 2009

Compraventa

—¡Usted no quiere vender!
—Si no le parece bien, entonces, ¿cuánto me da?
—No se trata de que yo le dé nada. Se trata de sea usted quien quiera vender.
—Dígame, pues, ¿cuánto me da?
—No, no, ese precio que me ha dicho es no querer venderlo.
—O no querer comprarlo.
—Comprar lo quiero comprar, pero a su precio.
—Diga usted, entonces, ¿cuánto me da?
—No, no, se equivoca. Quien vende es usted. Quien pone el precio es usted.
—El precio ya se lo he dicho.
—Pero no se puede pedir ese dinero por eso.
—Entonces, ¿cuánto? Dígame.
—¡Su precio!