martes, 1 de enero de 2008

A propósito de los controles de seguridad en los aeropuertos norteamericanos

Vicente: en Filadelfia la fila se perdía en el horizonte. Me hice el longuis y traté de colarme. Un tipo que de niño había soñado con ser el sheriff de su pueblo salió vociferando para informarme de que el final estaba mucho (mucho) más allá. Miró mi pasaporte una poli latina. Bajita, morena: lo que allí llaman una latina. Tras escudriñarlo me preguntó la fecha de nacimiento. Se la repetí. Dijo que esa edad no se correspondía con mi aspecto. Que parecía mucho (mucho) más joven. Si no estuviéramos en una cola... nunca me habrían dicho tal piropo de seguridad.