martes, 15 de julio de 2025

Tercer libro de odas (4)



De niño correteaba por la explanada, al otro lado de la estación, donde han construido los bloques. De aquel entonces sé lo que cuenta madre. Ninguna actividad me retenía cuando llegaba un tren. Corría, aunque jugara a pelota, y me enganchaba a los barrotes de la valla para verlo desde cerca. Poco tiempo después clausuraron la línea, que la maleza cubre casi al completo. Del pueblo se sale en autobús. Con frecuencia voy a la capital solo para subirme en un tren cualquiera y en la parada siguiente saltar al andén, como si llegara por primera vez a mi vida.