martes, 5 de septiembre de 2023

Chimeneas JV / 2



Cuando deja la gorra sobre la mesa de roble me detengo a observar la suciedad que se acumula en los ribetes. Una única mancha grasienta le da la vuelta a todo el perímetro interior. En una esquina de la visera descubro sin problemas el lugar donde los dedos imprimen un leve movimiento de palanca para ponérsela o quitársela. Desde que lo conocí, en los manuscritos renacentistas que consultaba en la biblioteca universitaria, no lo he visto con otra gorra ni con una vestimenta diferente. Es el viejo pastor de las églogas, como entonces al hablar esparce pequeñas gotas de saliva.