sábado, 10 de diciembre de 2022

Cuentos del hada jubilada (sexagésimo cuarto)



En un libro antiguo trufado con láminas de naturaleza, sentada en el balcón, contemplo la imagen de un colibrí. El papel amarillo oscurece sus colores, que entre árboles exóticos de países lejanos seguro que brillan con mayor intensidad. El dibujo tampoco es exacto, lo que no resulta un impedimento para admirar lo insólito de este pajarillo del tamaño de una caja de cerillas capaz de hacerle cosquillas al incógnito corazón de las flores. Su pico, tan fino y largo, parece un incordio para la vida cotidiana. A mí, creo, me resultaría incómodo para tomar una taza de té con pastas.